Este martes 22 de septiembre de 2020, se llevó a cabo la cuarta sesión de la serie de webinars

Retos de la educación médica en tiempos de COVID-19: “La Formación médica en campos clínicos durante la emergencia sanitaria”.

Los participantes fueron: como moderador, el doctor José Francisco García Gutiérrez, asesor regional en Desarrollo de Recursos Humanos de Salud (OPS/OMS), WDC-EU. Doctor Sanjay V. Desai, director de la Residencia Médica Osler, viceprecidente de educación, profesor de medicina, Johns Hopkins Medicina, EU. Profesor doctor D. Luis Jiménez Reina, decano de la Facultad de Medicina y Enfermería, Universidad de Córdoba, España. Doctora Ana Elena Limón Rojas, secretaria de Enseñanza Clínica, Internado Médico y Servicio Social, UNAM, México.

Los cuatro ponentes plantearon el contexto en que han trabajado durante esta emergencia sanitaria, y cómo las diferentes instituciones respondieron y se adaptaron a las condiciones de enseñanza y de trabajo que plantea nuevos retos, algunos que parecían infranqueables. Los contextos de cada participante son muy distintos y en la sesión se destacaron algunos de estos contrastes. Uno de los más interesantes fue el relativo a la tecnología y a cómo las herramientas de la telemedicina han servido para dar resultados muy interesantes, que abarcan, desde la educación a distancia y a resguardo de los estudiantes, hasta las consultas y atención médica de pacientes, también a distancia, para no ponerlos en riesgo.

 

El doctor Sanjay V. Desai destacó la importancia de aprender a impartir conocimientos en este nuevo contexto. Declaró que, contra todo pronóstico, la situación de emergencia había tenido beneficios inesperados, como la educación interprofesional en cuanto a una capacitación o formación cruzada: como no sabían el reto que íban a enfrentar, llevaron [para capacitar a médicos en atención a probables pacientes con COVID] a radiooncólogos, cirujanos plásticos, varios especialistas distintos, “llevamos a todos a aprender con los equipos, porque no sabíamos a quiénes íbamos a necesitar.”

Respecto a los puntos más importantes de su intervención, hizo énfasis en que una de sus prioridades en la universidad Johns Hopkins era: Engagement, Role and Safety of Trainees (compromiso, rol y seguridad de los practicantes) y que para solventar esta situación tuvieron que adaptar varias medidas, empezando porque al inicio de la crisis aplicaron un modelo de medicina mediante sacrificios compartidos. Comentó también que la atención de primera línea es la más difícil. Y en cuanto a la telemedicina como herramienta de educación, aclaró que ya la usaban, pero la pandemia aceleró su uso y recurrieron a este recurso como no lo habían hecho antes; además de adquirir nuevo equipo tecnológico de alta calidad (como cámaras y micrófonos) para poder adaptar las sesiones de enseñanza e incluso impartir sesiones con los médicos en la sala con el paciente, transmitiendo en video simultáneamente, mientras los estudiantes permanecen fuera de la sala y no arriesgan su salud, en caso de pacientes con COVID. Otro aspecto en el que hizo énfasis fue la democratización de las jerarquías: “No es solo la relación entre cirugía-medicina y anestesia. Antes trabajábamos como si estuviéramos separados. Uso el término ‘democtarizar’ porque todos somos iguales: se ha creado una nueva dinámica entre quienes atienden al paciente y, por ejemplo, la persona que limpia el cuarto. COVID nos enseñó que todos corremos el mismo riesgo y todos aportamos algo valioso. Hubo pérdida de jerarquías y esto mejora la dinámica de aprendizaje”.

El doctor Luis Jiménez aclaró que en su área el inicio de la pandemia representó un trauma para todos y no tenían capacidad para solventarlo. Al inicio, cuando en marzo se declaró el confinammiento en España (y la Unión Europea, en general, se fue a confinamiento), los inundaron con normativas e instrumentos que representaron un marasmo de información. Aunque, por fortuna, contaban con estructuras docentes y de transmisiones que les permitieron seguir con la docencia en línea. Decidieron, por ejemplo, explorar la opción de que si un estudiante de medicina cuenta con más de 50% completado, para reconocer esa formación académica y clínica, podían hacerlo mediante simulación clínica y otras formas para completar los créditos. Luego describió cómo, hicieron la prueba ECOE más asequible para que se pudiera realizar por todas las plataformas que cada facultad tenía en las universidades: “Afortunadamente contamos con plataformas virtuales que de manera cotidiana usan los alumnos; había que comprobar que los estudiantes podían acreditar la formación.[…] Se hizo una Conferencia Nacional de Decanos de Medicina para una prueba ECOE común. Al final acordamos usar una plataforma y aplicar criterios para ver si en todas las facultades participantes podían acreditarse los estudiantes por vía virtual”.

El mapa de competencias fue un modelo que se reprodujo en la plataforma de manera virtual y la respuesta fue acorde con lo que esperaban. Y enfatizó que, después de solventar ese problema, también concluyeron que esa definitivamente no es la mejor forma de evaluar y acreditar a los estudiantes.

 

La doctora Limón inició su intervención enfatizando la inmensa cantidad de estudiantes que  la SECISS (Secretaría de Enseñanza Clínica, Internado Médico y Servicio Social) , que coordina los cuatro últimos años de la carrera de médico cirujano, contabiliza más de 5 600 alumnos, del tercer año al servicio social, incluyendo el internado médico. Esta es una cantidad altísima de alumnos y manejar a tanta gente se convierte en una tarea titánica. A finales de marzo y principios de abril, hubo un importante retiro de estudiantes de sus sedes, por la pandemia de COVID-19; se retiraron de sus sedes 3 180 alumnos de tercero y cuarto año y 1 055 alumnos de internado médico. Permanecieron en sus sedes únicamente 918 médicos pasantes.

También hubo que reinventarse. Entre los programas de apoyo para estudiantes, para la capacitación de médicos internos de pregrado y médicos pasantes en Servicio Social sobre COVID-19, se puso en marcha una nueva plataforma en la que los estudiantes pueden encontrar diferentes materiales y medios útiles para capacitarlos sobre COVID-19, supervisar y asesorar las particularidades que emergen durante su labor asistencial. En la pataforma también encuentran, entre otras, información emitida por las instituciones de salud, la OMS y Facultad de Medicina para los médicos internos, además de actualizaciones periódicas sobre COVID-19. Cuentan con herramientas para monitoreo de su estado de salud y con asesorías para minimizar las condiciones de riesgo.

La doctora también habló del servicio de Call center atendido por pasantes, en el que se da atención a toda la gente (no solo a la comunidad universitaria) y en el que reciben llamadas de toda la República Mexicana; para esto, se capacitó a 63 pasantes con cursos, asistencia psicológica y pláticas de orientación y apoyo. Se cuenta también con apoyo de psiquiatría y salud mental, para solventar los problemas emocionales adyacentes a la crisis.

En general, quedó de manifiesto que cada región y cada país tienen diferentes recursos y han llevado a cabo una adaptación de acuerdo con esos recursos, siempre poniendo como prioridad la seguridad de los estudiantes y con el propósito de seguir con su educación, incluso si es necesario hacer cambios y adaptaciones en los sistemas de enseñanza y aprendizaje.

La serie de webinars seguirá llevándose a cabo hasta el mes de octubre. La siguiente sesión será el martes 29 de spetiembre, con el tema “El modelo híbrido: Una alternativa para la educación y evaluación”.

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