Este martes 29 de septiembre de 2020, se llevó a cabo la quinta sesión de la serie de webinars

Retos de la educación médica en tiempos de COVID-19: “El modelo híbrido: una alternativa para la educación y evaluación”.

En esta ocasión, participaron: la doctora Ana Carolina Sepúlveda (moderadora), profesora y de la Facultad de Medicina de la UNAM, México. El doctor Eduardo García Luna Martínez, vicerrector de Ciencias de la Salud de la Universidad de Monterrey (UDEM), México. La doctora Ann Wylie, profesora titular honoraria, docente titular, directora adjunta (jefa de proyecto, KUMEC), líder del módulo de Salud Global y materias optativas, King’s College London, Reino Unido. Profesor Bogden, director del Instituto de Microbiología Clínica, Inmunología e Higiene, Hospital Universitario Erlangen and Friedrich-Alexander-University (FAU), Erlangen-Nürnberg, Alemania. Y la Doctora Lilia Macedo de la Concha, secretaria del Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia de la Facultad de Medicina de la UNAM, México.

La doctora Sepúlveda dio inicio definiendo qué es el modelo híbrido de educación: La educación híbrida combina la instrucción presencial con actividades a distancia para crear experiencias de aprendizaje ideales y pretende potencializar las ventajas de cada modalidad, promoviendo una participación más activa y colaborativa de los alumnos en las actividades educativas. Destacó también que entre las razones para adoptar un modelo híbrido se encuentran las oportunidades globales de educación, la diversidad de recursos a la mano en medios electrónicos y, por supuesto, el hecho de que la pandemia por COVID-19 puso “en jaque” las actividades presenciales.

 

El doctor Eduardo García Luna, por su parte, se centró en los problemas y riesgos de la pandemia en la educación superior, y en el plan para poder regresar a las acividades académicas y cómo desarrollaron en la UDEM un esquema académico híbrido, y cómo han abordado las competencias clínicas en términos de evaluación. Se detectaron varios riesgos importantes: en términos de estructura, hay que migrar de lo presencial y analógico a las plataformas virtuales, sin embargo, hace falta infraestructura tecnológica. En el plano operativo, se requiere un uso intensivo de la tecnología, pero es necesario hacerlo de manera focalizada con actividades específicas; los servicios y plataformas pueden ser deficientes en el domicilio de algunos alumnos o colaboradores, esto se convirtió en un riesgo importante: el nuevo reto era la capacidad de adaptación. También existen retos económicos, como la disminución de matrícula de reingreso o la inversión que se necesita para la infraestructura tecnológica que no estaba presupuestada. Lo más importante es garantizar la seguridad de la comunidad universitaria y salvaguardar la calidad académica, a la par de desarrollar mecanismos objetivos de evaluación. Tomando en cuenta lo anterior, el plan de regreso comprende una metodología ágil: la prioridad es satisfacer las necesidades de los alumnos y, de tener un esquema vertical, se creó una etructura totalmente horizontal, sin distinción de puestos ni jerarquías, para sincronizar el trabajo conjunto y en grupos de unas diez personas se tomaban decisiones de trabajo, además de enfocarse en lo verdaderamente esencial y en resolver los problemas inmediatos y urgentes. En cuanto las competencias clínicas, la evaluación por competencias, por ejemplo, se utilizó (entre otros varios recursos) la simulación para prácticas clínicas. Se transformaron aulas y talleres; se aplicó también un examen profesional en línea, con manejo de actas en tiempo real, pero de manera digital.

 

La doctora Ann Wylie detalló durante su intervención los efectos del uso continuo de las herramientas digitales. Afirmó que la pandemia por COVID-19 ha acelerado los cambios en la educación médica y ha impactado en el aprendizaje clínico de los estudiantes, en la evaluación de los estudiantes y en el cuerpo facultativo. Esta es una pandemia global y en Londres, la comunidad es muy grande. Esta pandemia ha acelerado el interés por la salud pública global, pero, a la par, también puso de manifiesto lo limitados que eran los programas de estudio en este sentido; esto quiere decir que los alumnos quieren aprender más sobre salud global y esto se ha convertido en una urgencia. La doctora detalló el proceso de adaptación y mejoramiento del plan de estudios; entre febrero y marzo se examinó el panorama y se decidió cerrar el campus y suspender la enseñanza clínica; entre otros efectos que tuvo esto, uno fue que los alumnos que provenían del extranjero regresaron a sus países. Empezaron a utilizar las plataformas virtuales entre marzo y abril, integrando en las clases temas relativos a COVID-19. En la situación actual, los alumnos de último año regresaron al trabajo clínico, debido a que estos estudiantes se recibirían de médicos en agosto, esto se dio luego de evaluar los riesgos. Se limita el acceso al campus y se proporcionan opciones en línea, pero se están mejorando las herramientas pedagógicas y recursos y materiales de aprendizaje. Un aspecto interesante es que el tiempo que pueden poner atención los alumnos a una clase en línea, por medio de una pantalla, en realidad es limitado, esto a su vez limita la atención que pueden prestar a las clases por este medio. En este momento, se está buscando el consentimiento de los pacientes en línea y resolver otros problemas con pacientes. Para 2021 no tendremos puestos para estudiantes internacionales, los alumnos deberán estar en el campus y atender prácticas clínicas. Algo importante es que la pandemia por COVID presentó muchos retos, pero eso también trajo oportunidades, como nuevos métodos de enseñanza-aprendizaje y el aprovechamiento máximo de recursos, además de que se han compartido muchas ideas y recursos de alto nivel.

 

El profesor Bogdan relató la experiencia en Erlangen, un lugar pequeño de de Alemania con pocos habitantes (apenas cerca de 112 mil, en 2019). El profesor mencionó que, en todo caso, es un lugar conocido porque ahí están las oficinas centrales de Siemens. Erlangen, una ciudad universitaria y académica,  tuvo apenas 391 casos de COVID y 22 fallecimientos. Esto es resultado de que la población cumplió de manera estricta los protocolos de distanciamiento y de seguridad. En el hospital universitario atendieron 120 pacientes hospitalizados por COVID-19 y solo 25% requirió cuidados intensivos. En su caso particular, la pandemia ayudó a que se implementaran medidas de higiene básicas, se promovió el lavado de manos por sobre la desinfección o sanitización y las mascarillas faciales se recomiendan en caso de que no se pueda mantener la distancia social. Para el semestre de invierno, se planea que la mayoría de lecciones se lleven a cabo en línea, con algunas clases presenciales: un modelo híbrido. Si las lecciones se imparten con poca gente y en los seminarios: no se permiten más de treinta participantes en el salón y se respeta la distancia social, se pueden dar clases presenciales con condiciones adecuadas y si todo mundo usa mascarillas. El profesor relató que en siete meses no tuvieron ni un solo caso, porque seguían manteniendo la distancia social y siguieron todas las reglas. Especificó que: “Esta no es la primera ni será la última pandemia. Llevábamos años esperando una pandemia. Debemos proveer información y educar. […] Eliminamos contacto entre las personas y evitamos cadenas de infecciones; se prohibieron los viajes se evitaron todas las salidas de Erlangen y no recibimos invitados. […] Detecto que mucha gente está muy asustada y eso no siempre es un buen consejero. Es necesario ayudar a tranquilizar a la gente, compartir cómo se pueden evitar los contagios”.

 

La doctora Lilia Macedo relató cómo en la Facultad de Medicina de la UNAM, la educación a distancia se implementó desde 2015 (en la Licenciatura de Médico Cirujano). Ya desde antes de la contingencia había acciones a distancia: recursos y sitios electrónicos que apoyan el aprendizaje. Hay programas como Ponte en líne@, en apoyo del aprendizaje, durante o posterior a las clases, con recursos interactivos, imágenes y audios, todos esos materiales están elaborados por personal académico. Hay asignaturas optativas a distancia, y también asignaturas. Se apoya a los estudiantes para que puedan tener movilidad y puedan estudiar en distintas instituciones dentro y fuera de México. Habló de los Cursos PAEA – Programa de Alta Eficiencia Académica, que son cursos extracurriculares. La educación a distancia había sido una estrategia educativa paralela a la presencial; se toma en cuenta que varios estudiantes no tienen mucho acceso a la tecnología, por eso entre otros recursos, se cuenta con materiales que no se necesitan leer en línea, sino que se descargan y se puede acceder a material necesario para la práctica clínica. La evaluación de las asignaturas optativas en modalidad a distancia, arrojó resultados muy positivos: entre 95 y 96% de alumnos consideró que la navegación es amigable y entre 79 y 81% que el acceso es adecuado. 96% de estudiantes consideró que las actividades son acordes con los contenidos y entre 92 y 96% las ubica como situadas en un contexto real; estos son tan solo unos cuantos ejemplos de la retroalimentación de 35 grupos con un total de 453 estudiantes; de estos, más de 90% afirmó que los cursos cubrieron sus expectativas y prácticamente 100% recomendaría estos cursos. En concreto, hay una inclinación positiva hacia la educación bajo un modelo híbrido, enfatizando que la teoría puede ser impartida en línea, y la parte práctica de manera presencial.

La serie de webinars seguirá llevándose a cabo hasta el mes de octubre. La siguiente sesión será el martes 6 de octubre, con el tema “Innovaciones digitales para la contingencia”.

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