Calidad de la educación en Iberoamérica en tiempos de COVID-19

Calidad de la educación en Iberoamérica en tiempos de COVID-19

Este martes 13 de octubre de 2020, se llevó a cabo la séptima sesión de la serie de webinars

Retos de la educación médica en tiempos de COVID-19: “Calidad de la educación en Iberoamérica en tiempos de COVID-19”.

Participaron: la doctora Larisa Carrera (moderadora), decana de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), Argentina. Maestro Alejandro Miranda Ayala, director general del Consejo para la Acreditación de la Educación Superior, A. C., COPAES, y presidente de la Red Iberoamericana para el Aseguramiento de la Calidad en la Educación Superior (RIACES), México. Licenciada Marcela Groppo, directora de Acreditación de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), Argentina. Doctora Ana Isabel Bonilla Calero, jefa del Programa de Sellos Internacionales de Calidad (SIC) de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), España. doctora Irene Durante Montiel, presidenta del Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica, A. C. (COMAEM), México.

Después de la apertura de la sesión y las palabras del doctor Roberto Escalante y el doctor Javier Santacruz, acerca del estado y los efectos de la actual pandemia y de la pertinencia del tema a tratar, la calidad de la educación en este contexto, dio inicio la sesión.

La primera exponente fue la licenciada Marcela Groppo, quien habló sobre la calidad de las carreras de medicina en Argentina y los procesos de evaluación de la calidad y en qué términos los encontró la pandemia en cuanto a la calidad de la educación superior. En Argentina la evaluación institucional, que es obligatoria, debe hacerse cada seis años. En 2017, a la obligatoriedad se le agregó la exigencia de que si una institución desarrolla programas con un porcentaje de 30% o más horas a distancia, debe tener además, validado el sistema institucional de educación a distancia. Las carreras han pasado por distintos tipos de evaluación, entre esos está el proceso de evaluación de Educación a distancia (desde 2017 y 2018). 95 instituciones pasaron la acreditación de educación a distancia. Y de la acreditación de las carreras de grado, hay 49 carreras de medicina que han pasado por el proceso de acreditación en distintos estratos. En la educación de posgrado, han pasado por la acreditación 1120 carreras del área de medicina.

En el área de educación a distancia, cuando llegó la pandemia, el sistema universitario argentino tuvo que llevar a cabo un rediseño en su programación anual, pues las instituciones estaban en muy diferentes etapas implementar la educación a distancia, desde aquellas que lo tenían en la mira como un proyecto, hasta las que lo habían incorporado de forma parcial, pero al enfrentar las condiciones de pandemia, en todos los casos tuvieron que implementar estrategias de enseñanza vía remota con prácticas de emergencia. Todo esto se tuvo que llevar a cabo con un alto porcentaje de profesores que no tenían una formación para la educación virtual. Las estrategias y prácticas remotas de emergencia implementadas por las instituciones abren la pregunta sobre el futuro de las estrategias didácticas y pedagógicas y ponen de manifiesto la necesidad de revisar los modelos de evaluación tanto como los de acreditación. Hacia el futuro, es necesario revisar y analizar las adaptaciones que se harán a partir de esta experiencia, como nuevas formas de educación presencial, prácticas pre-profesionales, supervisión remota de la actividad del estudiante, evaluación de resultados de aprendizaje. Además de que se hace necesario analizar varios otros aspectos, por ejemplo, de todas las prácticas remotas que se implementaron en la emergencia, cuántas van a integrarse a los sistemas educativos de manera permanente; lo importante es pensar en una estrategia pedagógica integral y eso habrá que definirlo en el futuro.

El doctor Alejandro Miranda Ayala dio inicio con una cita de Pitágoras que remata diciendo: “cuando construimos una ciudad todos estaremos convocados”. América Latina es, en este momento, el centro de la pandemia y se está lidiando con ella de la mejor manera posible. En este momento hay una competencia por ver quién saca primero una vacuna. En el ámbito de la industria farmacéutica, en conjunto con los gobiernos, hay tres finalistas, aunque después quizá saldrán más competidores: Reino Unido, China y Estados Unidos. ¿Cuántos no graduados habrá en los equipos de investigadores?, seguramente muy pocos; es decir, el conocimiento universitario está aplicado como una herramienta que puede servir para construir una mejor fórmula de vida. Para esta vacuna, la inversión estimada es altísima, un gasto astronómico e impensable y esto tendrá repercusiones. COVAX es una iniciativa internacional para garantizar la distribución suficiente y equitativa de vacunas entre 165 países, esto es, 60% de la población mundial. El objetivo es entregar dos mil millones de dosis para finales de 2021; México se adhirió a la inciativa en septiembre de 2020. Hay que anotar que Estados Unidos, India y Brasil tienen a más de 50% de personas contagiadas en todo el mundo; sin embargo, Estados Unidos, China y Rusia no se han adherido aún a la iniciativa. Un gran conjunto de estructuras que hoy están obteniendo beneficios, por el uso indispensable de las tecnologías de gestión del aprendizaje, son las corporaciones dueñas de esas tecnologías: FANG (Facebook, Amazon, Netflix y Google), quienes reciben millones en ganancias.

El modelo actual de la educación médica estará sujeto a fuertes presiones para transformarse. La evolución epidemiológica a corto plazo desemboca en que hay diferentes situaciones de transmisión en zonas no contiguas de un mismo país. En México se aplica todavía el modelo de élite: hay competitividad y mérito; alta selectividad en las políticas de ingreso permanencia y egreso y evidencias de buena calidad, basadas en resultados. Pero ¿cuáles son las presiones que habrá para cambiar este modelo? Habrá presiones políticas, tendrá que haber un cambio en el balance del poder. Habrá, o hay, implicaciones bioéticas: es imposible que México continúe como está; un problema bioético que se convertirá en un factor importante: ¿cómo se van a distribuir las vacunas?, no solo para COVID, sino para todas las enfermedades, es un problema de distribución. Los nuevos héroes son los médicos, son los modelos a seguir. Habrá también presiones de tipo económico, tecnológico, social y educativo, por supuesto; habrá que adaptar los programas universitarios: por eso las evidencias empíricas de calidad de los programas de salud son tan importantes.

Si el confinamiento nos desafía, la reapertura será mucho más complicada. No volveremos al pasado, sino al futuro, y para enfrentarlo será necesario innovar las capacidades institucionales:

  1. La capacitación de docentes
  2. Certificación de docentes y de sistemas
  3. Revisión de planes y programas
  4. Correspondencia normativa con las nuevas realidades
  5. Acuerdos con organismos gremiales
  6. Gabinete de crisis
  7. Calidad: nuevos paradigmas

Habrá, pues, que definir nuevos criterios en indicadores adaptativos y deben permanecer los organismos de aseguramiento de la calidad que permitan cumplir con el nuevo reto.

Desde España, la  doctora Bonilla Calero habló de ANECA, el organismo autónomo adscrito al Ministerio de la Universidad de España para contribuir en la calidad del sistema de educación superior mediante la evaluación, certificación y acreditación de enseñanzas, profesorado e instituciones. Las fases de acreditación son tres: 1. Verifica, el proyecto de título y definición de resultados de aprendizaje previstos. 2. Monitor, la implantación de título y el progreso del programa formativo. 3. Acredita, la rendición de cuentas que incluye los resultados del aprendizaje logrados. A los ocho años la universidad se autoevalúa; si se cumplen los requisitos, el programa se implementa ocho años más (esto no solo se aplica a Medicina, también otras áreas académicas pasan por este mismo proceso). En tiempos de COVID, para verificar los títulos universitarios oficiales habilitados para el ejercicio de la profesión de médico es necesario cubrir varias competencias; y varias de esas competencias se pueden adquirir de forma virtual; en cambio, para las habilidades clínicas se requiere estar con el paciente en el contexto de los hospitales y centros de salud, es decir, se necesitan las prácticas tuteladas, que fueron las que se detuvieron durante la pandemia. Hay nuevos retos para las facultades de Medicina y para su certificación están empezando a implementarse en España auditorías virtuales; tan solo la semana pasada finalizaron 26 auditorías virtuales. Hasta ahora han funcionado en otras áreas: ingeniería, informática y química, que posteriormente aplicarán una autoevaluación. Luego se quiere extender a otros ámbitos como el de la medicina. Si hay prácticas clínicas a distancia, muchas prácticas que han sido presenciales, se pueden sustituir por éstas; pero no se puede minimizar que los médicos tendrán en sus manos la salud y vida de personas, por lo que se tiene que ser muy cuidadoso.

La última intervención fue de la doctora Durante, quien dio inicio dedicando unas palabras a la sensible pérdida del doctor Guillermo Soberón Acevedo, quien fuera el primer presidente de COMAEM en 2002. Luego dio paso a su ponencia, relativa a la calidad de la educación médica. El tema de la calidad en la educación médica data de la antigüedad, y desde esa época ha habido un énfasis en la responsabilidad social de los profesionales frente a la salud de la población. Ya en la época moderna, en 2005, en el llamado a la acción de Toronto se establecen mecanismos de cooperación entre las instituciones educativas y servicios de salud; uno de los objetivos es acercarse a un modelo universal y equitativo de atención de calidad que satisfaga las necesidades de salud de la población. La acreditación internacional cuenta con el reconocimiento de la OMS. En las instituciones que son acreditadas esto se considera un incentivo para que los estudiantes quieran cursar la carrera en una institución acreditada; esto asegura, sobre todo, que se logre una calidad mundialmente aceptada. En México, la COMAEM se orienta a garantizar la calidad de excelencia en todo el país y, ahora, en el ámbito internacional. Es necesario fortalecer y reconocer la formación médica en México y en los países latinoamericanos. Las instituciones que ven por la calidad del proceso de acreditación son: Copaes, WFME y ECFMG.

Las instancias que acreditan deben estar siempre actualizándose. Es necesario contar con sostenibilidad para educación médica: tener una plataforma para generar información en la que las escuelas puedan introducir la evidencia, inscribir su autoevaluación, escribir su informe y, de ese modo, el consejo puede establecer un dictamen. Es necesaria la internacionalización de la acreditación, pero que sea solidaria y no subornidada, reforzar el trabajo que ya se hace y fortalecer lazos entre instituciones en Iberoamérica. En esta pandemia, la insituciones evaluadoras se ven en la necesidad —igual que las instituciones educativas—, que más bien es una oportunidad, de tener una visita de evaluación en línea, pero solo para reforzar los lineamientos y para actualizarse.

En este momento se llevan a cabo varias evaluaciones y acreditaciones en México, Costa Rica, Guatemala y Ecuador. Varios países han mostrado interés y están pendientes del curso de inducción.

Ya al final de la sesión, se hizo la invitación al Foro de Conocimiento y Transformación 2020, un programa de mejor salud, formación y educación del personal sanitario, que se llevará a cabo el 21, 22 y 23 de octubre, también de manera virtual, y contará con pláticas en las mañanas y talleres en las tardes. Esto, con el fin de construir puentes entre el Reino Unido y México, para fortalecer los sistemas de salud de ambos países.

Innovaciones digitales para la contingencia

Innovaciones digitales para la contingencia

Este martes 06 de octubre de 2020, se llevó a cabo la sexta sesión de la serie de webinars

Retos de la educación médica en tiempos de COVID-19: “Innovaciones digitales para la contingencia”.

Participaron: el doctor Santiago March Misfut (como moderador), médico cirujano, egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM, con estudios de posgrado de Patología en el Hospital General y coordinador de Proyectos Estratégicos de la Fundación Mexicana para la Salud. El doctor Vicente Jesús Hernández Abad, director de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM, México. La doctora Debbie Jaarsma, profesora de Innovación e Investigación en Educación Médica del Centro Médico Universitario Groningen, Holanda. Y la doctora Ma. Guadalupe Sánchez Bringas, coordinadora de Ciencias Básicas de la Facultad de Medicina de la UNAM, México.

Inició el doctor Roberto Escalante Semerena, para dar la bienvenida a la sexta sesión y agradecer a las personas asistentes y, sobre todo, a las invitadas e invitados a participar en la conferencia, puntualizó la dificultad de la actual pandemia y su impacto en todos los ámbitos de la vida, desde el profesional hasta el familiar y personal; pero enfatizó la oportunidad que brinda la adaptación al mundo digital, que estaba presente en las universidades antes de la pandemia, aunque ocupaba un lugar menos preponderante y ahora pasa a tomar un lugar central en la educación y en la docencia. También el doctor Javier Santacruz dio una breve bienvenida y presentó al coordinador de la sesión.

El primer ponente fue el doctor Vicente Jesús Hernández, quien inició hablando de los retos en la educación que se han enfrentado en la pandemia, son retos de este momento, pero también los de siempre: programas académicos, contar con la infraestructura adecuada para llevar a cabo la educación, cómo se evalúan los aprendizajes y la forma en que se inculca a los estudiantes la formación integral. Los programas académicos, en muchos casos, tuvieron que adaptarse a la educación a distancia, hubo que migrar y adaptarse a modelos o formas híbridas de transmisión de conocimientos. Los profesores enfrentan retos importantes, como las brechas tecnológicas que no siempre se relacionan con cuestiones de edad o de formación, sino con las herramientas que eran necesarias para llevar a cabo las actividades, con las cuales no siempre se cuenta. Los docentes muestran una gran capacidad de adaptabilidad, aunque en un escenario de gran incertidumbre. Para los estudiantes: fue necesario fomentar aún más sus capacidades de aprendizaje autodirigido, que requieren habilidades para la organización de sus propios procesos de aprendizaje en línea y a distancia, y reforzar las habilidades que ya tenían. Los estudiantes van a aprender de manera diferente, pero también van a aprender más.

Las universidades e instituciones de educación superior han tenido que responder a estos nuevos retos de manera rápida y lo más completa posible; la UNAM llevó a cabo un esfuerzo sumamente importante para dar mayor accesibilidad a las herramientas digitales para la educación. Es el caso particular de las instancias universitarias que tuvieron que conformar nuevas estructuras para afrontar estos nuevos retos y solventar las diferencias. Se implementaron nuevas herramientas para la gestión de la información y el conocimiento, como aulas virtuales y gestores de contenidos; nuevas no porque no se contara con ellas, sino porque se tuvieron que adaptar para usarlas en este nuevo panorama. Para dar mayor accesibilidad a los recursos había que acercarse a una mayor conectividad, así que se implementaron nuevas herramientas digitales para la docencia y la educación; se hace uso de herramientas muchos más rápidas y accesibles, como videos o infografías y también a través de la modelación virtual en tercera dimensión (con modelos anatómicos).

Posteriormente venía la participación de la doctora Sandra Buron, pero se encontraba indispuesta y no pudo asistir.

A continuación, la doctora y profesora Debbie Jaarsma inició su participación hablando de que el programa de estudios de medicina (en Holanda) es de seis años de pregrado, los primeros tres años se llevan a acabo en las aulas y los últimos tres son de trabajo clínico. Ella se enfocó en los tres primeros años de la formación médica. En este momento, en la universidad de Groningen, los estudiantes ya regresaron a la clínica, durante la primera etapa de COVID estuvieron fuera, pero ya fue posible que volvieran. Ella puso énfasis en que con frecuecia se habla de la calificación, y los sistemas educativos se centran en ella, por ejemplo, con la educación basada en competencias; pero hay otros factores importantes como la socialización y otro objetivo es la subjetificación, en la que es importante que los estudiantes tengan un desarrollo y pensamiento individual. En su universidad hubo una adaptación muy rápida, a pesar de los tropiezos tecnológicos, y la innovación consistió en montar las clases sincrónicas y asincrónicas. Incluso hubo algunas sesiones que tuvieron mejores resultados en línea que de manera presencial. Pero aún hay aspectos fundamentales como la subjetivización, la reflexión y que los alumnos sean autoregulados; hay algunas dificultades con la autoregulación en la impartición en línea de los cursos, muchas veces cada curso tiene muchos estudiantes y no se pueden distinguir muy bien, es difícil tener un buen diseño de los mismos. Todos quieren que los médicos del futuro sean buenos colaboradores y tengan un buen trabajo interdisciplinario, pero ¿cómo llevarlo a cabo en línea? Algunos de los alumnos realmente están sufriendo con la pandemia y se sienten inseguros, las autoridades los quieren ayudar (aunque eso podría ser propio solo de Holanda). A veces, para los profesores, hay también complicaciones a nivel práctico y técnico y no solo a nivel académico. Se dieron cuenta de que era positivo hacer una pausa y examinar qué trajo de bueno este periodo y qué se puede incorporar de manera combinada.

Un asunto importante, al respecto de la socialización, los estudiantes, por ejemplo, necesitan hacer amigos cuando empiezan a estudiar y sentir que pertenecen a un grupo de gente, ¿cómo lograr esto de manera virtual? Es importante hacer conexiones con otras personas, entre alumnos, pero también entre alumnos y profesores; ¿cómo podrían conectarse los profesores con sus alumnos y hablar con ellos de manera personal, por los medios digitales? Hay que atender más a los alumnos del primer año y poner énfasis en la socialización y la subjetificación; es necesario prestar más atención a los alumnos más vulnerables, poner atención a los estudiantes en transición y al desarrollo profesional de los estudiantes en cuanto a su identidad. Todo esto es complicado en la educación presencial, y se complica mucho más con la educación digital. Ahora están tratando de pensar en una combinación entre los métodos en línea y presenciales: crear una alineación entre la educación presencial y los métodos online, combinar la calificación, socialización y subjetificación y analizar cuándo es importante empezar con las sesiones presenciales y cuándo se pueden continuar de manera virtual.

La doctora Ma. Guadalupe Sánchez Bringas, por su parte, empezó con un video del Departamento de Farmacología de la UNAM sobre las prácticas y su aplicación en el salón de clases. El COVID es un reto para la educaicón y las instituciones de todo el mundo. En la Coordinación de Ciencias Básicas han logrado conectar los ciclos básicos con los ciclos clínicos en Cirugía General y este es uno de los logros que estuvo detenido por muchos años, hasta que se puso en prácica; cuando llegó la pandemia y hubo que tomar medidas de emergencia, fue como si adelantaran la velocidad de los proyectos cinco veces. Es importante reconocer todos los logros de la Universidad al enfrentar estos retos, en especial a los académicos que no solo han elaborado material didáctico, sino que han transformado frente a la pandemia su visión del mundo de la educación y de la medicina; por ejemplo, las aulas virtuales que eran un recurso poco usado y, de pronto, durante el confinamiento hubo que retomar las herramientas disponibles en línea y hubo que adaptar las evaluaciones, los recursos existentes tuvieron que aprovecharse al máximo. Por ejemplo, Anatomía no es una materia que se conciba de manera digital y, a pesar de todo, con el aula virtual es posible realizar la enseñanza. Hay Atlas digital para asignaturas como Biología Celular y Tisular; antes esto se aprendía en el laboratorio y ahora hay un cambio de paradigma educativo. El trabajo ha sido abrumador en cuanto a la cantidad de lo que se ha generado, ejemplo: las asignaturas integradoras, hay 21 actividades del departamento de integración, todas son virtuales, a distancia, con la presencia de casos clínicos que orientan a los estudiantes que practican desde casa. Lo ideal será cuando se puedan conjuntar ambas historias: la virtual como presencial.

El COVID también trajo circunstancias difíciles para alumnos y profesores: de estrés, depresión o autoestima; cómo se dificulta para los alumnos la vida en el confinamiento o el uso de las computadoras para poder tomar clases o si la conectividad en sus zonas no es la mejor; esto puede generar ambientes difíciles que deriven en estados emocionales peligrosos o que se quisieran evitar o suavizar, para esto el departamento de Psiquiatría ofrecen ayuda en línea y hay un pograma de atención psiquiátrica, psicológica y psicosocial a distancia. Se brinda atención a través de una plataforma de telemedicina desarrollada exprofeso para este fin, con el apoyo del Departamento de Informática Biomédica de la facultad.

El tema de Meditic, que ya se ha mencionado, es importante porque es un portal que se ha ido enriqueciendo con el material que han aportado el área clínica y el área básica; en la capacitación asíncrona, los profesores tienen que vivir las plataformas asíncronas para el aprendizaje autoregulado; todo esto ha marcado un hito en la educación. Ha sido un aprendizaje para todos. Se han generado distintas unidades de apoyos. Se cuenta con 36 cursos disponibles, aunque son clases asíncronas cultivan el aprendizaje autoregulado. Las asignaturas a distancia, obligatorias, se están enfocando en que puedan tomarse también a distancia y sean una opción más.

Los recursos digitales que han generado los departamentos académicos para primer y segundo año, al inicio del ciclo escolar 2020-2021, ascienden en total a 7 910 (y puede que estén aumentando). Los académicos están haciendo un gran trabajo con distintas instancias, para enfrentar este nuevo ciclo escolar. Se ha empezado bien, al menos a dos semanas de haber iniciado, la UNAM y la Facultad tampoco se detienen y se están implementando distintas estrategias para apoyar a los estudiantes.

En cuanto a calificación y evaluación, dos conceptos diferentes que están unidos, son el gran reto de la educación a distancia. La Facultad de Medicina encontró una manera de reconocer el trabajo de los académicos: el Premio a la Innovación Educativa Digital Aliis Vivere. Hay un apoyo económico, pero sobre todo se reconoce la labor de esfuerzo y de innovación. [La convocatoria puede consultarse aquí: http://gaceta.facmed.unam.mx/wp-content/uploads/2020/09/Convocatoria-Premio-Innovacio%CC%81n.pdf]

La serie de webinars seguirá llevándose a cabo hasta el mes de octubre. La siguiente sesión será el martes 13 de octubre, con el tema “Calidad de la educación en Iberoamérica en tiempos de COVID-19”.

El modelo híbrido: una alternativa para la educación y evaluación

El modelo híbrido: una alternativa para la educación y evaluación

Este martes 29 de septiembre de 2020, se llevó a cabo la quinta sesión de la serie de webinars

Retos de la educación médica en tiempos de COVID-19: “El modelo híbrido: una alternativa para la educación y evaluación”.

En esta ocasión, participaron: la doctora Ana Carolina Sepúlveda (moderadora), profesora y de la Facultad de Medicina de la UNAM, México. El doctor Eduardo García Luna Martínez, vicerrector de Ciencias de la Salud de la Universidad de Monterrey (UDEM), México. La doctora Ann Wylie, profesora titular honoraria, docente titular, directora adjunta (jefa de proyecto, KUMEC), líder del módulo de Salud Global y materias optativas, King’s College London, Reino Unido. Profesor Bogden, director del Instituto de Microbiología Clínica, Inmunología e Higiene, Hospital Universitario Erlangen and Friedrich-Alexander-University (FAU), Erlangen-Nürnberg, Alemania. Y la Doctora Lilia Macedo de la Concha, secretaria del Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia de la Facultad de Medicina de la UNAM, México.

La doctora Sepúlveda dio inicio definiendo qué es el modelo híbrido de educación: La educación híbrida combina la instrucción presencial con actividades a distancia para crear experiencias de aprendizaje ideales y pretende potencializar las ventajas de cada modalidad, promoviendo una participación más activa y colaborativa de los alumnos en las actividades educativas. Destacó también que entre las razones para adoptar un modelo híbrido se encuentran las oportunidades globales de educación, la diversidad de recursos a la mano en medios electrónicos y, por supuesto, el hecho de que la pandemia por COVID-19 puso “en jaque” las actividades presenciales.

 

El doctor Eduardo García Luna, por su parte, se centró en los problemas y riesgos de la pandemia en la educación superior, y en el plan para poder regresar a las acividades académicas y cómo desarrollaron en la UDEM un esquema académico híbrido, y cómo han abordado las competencias clínicas en términos de evaluación. Se detectaron varios riesgos importantes: en términos de estructura, hay que migrar de lo presencial y analógico a las plataformas virtuales, sin embargo, hace falta infraestructura tecnológica. En el plano operativo, se requiere un uso intensivo de la tecnología, pero es necesario hacerlo de manera focalizada con actividades específicas; los servicios y plataformas pueden ser deficientes en el domicilio de algunos alumnos o colaboradores, esto se convirtió en un riesgo importante: el nuevo reto era la capacidad de adaptación. También existen retos económicos, como la disminución de matrícula de reingreso o la inversión que se necesita para la infraestructura tecnológica que no estaba presupuestada. Lo más importante es garantizar la seguridad de la comunidad universitaria y salvaguardar la calidad académica, a la par de desarrollar mecanismos objetivos de evaluación. Tomando en cuenta lo anterior, el plan de regreso comprende una metodología ágil: la prioridad es satisfacer las necesidades de los alumnos y, de tener un esquema vertical, se creó una etructura totalmente horizontal, sin distinción de puestos ni jerarquías, para sincronizar el trabajo conjunto y en grupos de unas diez personas se tomaban decisiones de trabajo, además de enfocarse en lo verdaderamente esencial y en resolver los problemas inmediatos y urgentes. En cuanto las competencias clínicas, la evaluación por competencias, por ejemplo, se utilizó (entre otros varios recursos) la simulación para prácticas clínicas. Se transformaron aulas y talleres; se aplicó también un examen profesional en línea, con manejo de actas en tiempo real, pero de manera digital.

 

La doctora Ann Wylie detalló durante su intervención los efectos del uso continuo de las herramientas digitales. Afirmó que la pandemia por COVID-19 ha acelerado los cambios en la educación médica y ha impactado en el aprendizaje clínico de los estudiantes, en la evaluación de los estudiantes y en el cuerpo facultativo. Esta es una pandemia global y en Londres, la comunidad es muy grande. Esta pandemia ha acelerado el interés por la salud pública global, pero, a la par, también puso de manifiesto lo limitados que eran los programas de estudio en este sentido; esto quiere decir que los alumnos quieren aprender más sobre salud global y esto se ha convertido en una urgencia. La doctora detalló el proceso de adaptación y mejoramiento del plan de estudios; entre febrero y marzo se examinó el panorama y se decidió cerrar el campus y suspender la enseñanza clínica; entre otros efectos que tuvo esto, uno fue que los alumnos que provenían del extranjero regresaron a sus países. Empezaron a utilizar las plataformas virtuales entre marzo y abril, integrando en las clases temas relativos a COVID-19. En la situación actual, los alumnos de último año regresaron al trabajo clínico, debido a que estos estudiantes se recibirían de médicos en agosto, esto se dio luego de evaluar los riesgos. Se limita el acceso al campus y se proporcionan opciones en línea, pero se están mejorando las herramientas pedagógicas y recursos y materiales de aprendizaje. Un aspecto interesante es que el tiempo que pueden poner atención los alumnos a una clase en línea, por medio de una pantalla, en realidad es limitado, esto a su vez limita la atención que pueden prestar a las clases por este medio. En este momento, se está buscando el consentimiento de los pacientes en línea y resolver otros problemas con pacientes. Para 2021 no tendremos puestos para estudiantes internacionales, los alumnos deberán estar en el campus y atender prácticas clínicas. Algo importante es que la pandemia por COVID presentó muchos retos, pero eso también trajo oportunidades, como nuevos métodos de enseñanza-aprendizaje y el aprovechamiento máximo de recursos, además de que se han compartido muchas ideas y recursos de alto nivel.

 

El profesor Bogdan relató la experiencia en Erlangen, un lugar pequeño de de Alemania con pocos habitantes (apenas cerca de 112 mil, en 2019). El profesor mencionó que, en todo caso, es un lugar conocido porque ahí están las oficinas centrales de Siemens. Erlangen, una ciudad universitaria y académica,  tuvo apenas 391 casos de COVID y 22 fallecimientos. Esto es resultado de que la población cumplió de manera estricta los protocolos de distanciamiento y de seguridad. En el hospital universitario atendieron 120 pacientes hospitalizados por COVID-19 y solo 25% requirió cuidados intensivos. En su caso particular, la pandemia ayudó a que se implementaran medidas de higiene básicas, se promovió el lavado de manos por sobre la desinfección o sanitización y las mascarillas faciales se recomiendan en caso de que no se pueda mantener la distancia social. Para el semestre de invierno, se planea que la mayoría de lecciones se lleven a cabo en línea, con algunas clases presenciales: un modelo híbrido. Si las lecciones se imparten con poca gente y en los seminarios: no se permiten más de treinta participantes en el salón y se respeta la distancia social, se pueden dar clases presenciales con condiciones adecuadas y si todo mundo usa mascarillas. El profesor relató que en siete meses no tuvieron ni un solo caso, porque seguían manteniendo la distancia social y siguieron todas las reglas. Especificó que: “Esta no es la primera ni será la última pandemia. Llevábamos años esperando una pandemia. Debemos proveer información y educar. […] Eliminamos contacto entre las personas y evitamos cadenas de infecciones; se prohibieron los viajes se evitaron todas las salidas de Erlangen y no recibimos invitados. […] Detecto que mucha gente está muy asustada y eso no siempre es un buen consejero. Es necesario ayudar a tranquilizar a la gente, compartir cómo se pueden evitar los contagios”.

 

La doctora Lilia Macedo relató cómo en la Facultad de Medicina de la UNAM, la educación a distancia se implementó desde 2015 (en la Licenciatura de Médico Cirujano). Ya desde antes de la contingencia había acciones a distancia: recursos y sitios electrónicos que apoyan el aprendizaje. Hay programas como Ponte en líne@, en apoyo del aprendizaje, durante o posterior a las clases, con recursos interactivos, imágenes y audios, todos esos materiales están elaborados por personal académico. Hay asignaturas optativas a distancia, y también asignaturas. Se apoya a los estudiantes para que puedan tener movilidad y puedan estudiar en distintas instituciones dentro y fuera de México. Habló de los Cursos PAEA – Programa de Alta Eficiencia Académica, que son cursos extracurriculares. La educación a distancia había sido una estrategia educativa paralela a la presencial; se toma en cuenta que varios estudiantes no tienen mucho acceso a la tecnología, por eso entre otros recursos, se cuenta con materiales que no se necesitan leer en línea, sino que se descargan y se puede acceder a material necesario para la práctica clínica. La evaluación de las asignaturas optativas en modalidad a distancia, arrojó resultados muy positivos: entre 95 y 96% de alumnos consideró que la navegación es amigable y entre 79 y 81% que el acceso es adecuado. 96% de estudiantes consideró que las actividades son acordes con los contenidos y entre 92 y 96% las ubica como situadas en un contexto real; estos son tan solo unos cuantos ejemplos de la retroalimentación de 35 grupos con un total de 453 estudiantes; de estos, más de 90% afirmó que los cursos cubrieron sus expectativas y prácticamente 100% recomendaría estos cursos. En concreto, hay una inclinación positiva hacia la educación bajo un modelo híbrido, enfatizando que la teoría puede ser impartida en línea, y la parte práctica de manera presencial.

La serie de webinars seguirá llevándose a cabo hasta el mes de octubre. La siguiente sesión será el martes 6 de octubre, con el tema “Innovaciones digitales para la contingencia”.

La Formación médica en campos clínicos durante la emergencia sanitaria

La Formación médica en campos clínicos durante la emergencia sanitaria

Este martes 22 de septiembre de 2020, se llevó a cabo la cuarta sesión de la serie de webinars

Retos de la educación médica en tiempos de COVID-19: “La Formación médica en campos clínicos durante la emergencia sanitaria”.

Los participantes fueron: como moderador, el doctor José Francisco García Gutiérrez, asesor regional en Desarrollo de Recursos Humanos de Salud (OPS/OMS), WDC-EU. Doctor Sanjay V. Desai, director de la Residencia Médica Osler, viceprecidente de educación, profesor de medicina, Johns Hopkins Medicina, EU. Profesor doctor D. Luis Jiménez Reina, decano de la Facultad de Medicina y Enfermería, Universidad de Córdoba, España. Doctora Ana Elena Limón Rojas, secretaria de Enseñanza Clínica, Internado Médico y Servicio Social, UNAM, México.

Los cuatro ponentes plantearon el contexto en que han trabajado durante esta emergencia sanitaria, y cómo las diferentes instituciones respondieron y se adaptaron a las condiciones de enseñanza y de trabajo que plantea nuevos retos, algunos que parecían infranqueables. Los contextos de cada participante son muy distintos y en la sesión se destacaron algunos de estos contrastes. Uno de los más interesantes fue el relativo a la tecnología y a cómo las herramientas de la telemedicina han servido para dar resultados muy interesantes, que abarcan, desde la educación a distancia y a resguardo de los estudiantes, hasta las consultas y atención médica de pacientes, también a distancia, para no ponerlos en riesgo.

 

El doctor Sanjay V. Desai destacó la importancia de aprender a impartir conocimientos en este nuevo contexto. Declaró que, contra todo pronóstico, la situación de emergencia había tenido beneficios inesperados, como la educación interprofesional en cuanto a una capacitación o formación cruzada: como no sabían el reto que íban a enfrentar, llevaron [para capacitar a médicos en atención a probables pacientes con COVID] a radiooncólogos, cirujanos plásticos, varios especialistas distintos, “llevamos a todos a aprender con los equipos, porque no sabíamos a quiénes íbamos a necesitar.”

Respecto a los puntos más importantes de su intervención, hizo énfasis en que una de sus prioridades en la universidad Johns Hopkins era: Engagement, Role and Safety of Trainees (compromiso, rol y seguridad de los practicantes) y que para solventar esta situación tuvieron que adaptar varias medidas, empezando porque al inicio de la crisis aplicaron un modelo de medicina mediante sacrificios compartidos. Comentó también que la atención de primera línea es la más difícil. Y en cuanto a la telemedicina como herramienta de educación, aclaró que ya la usaban, pero la pandemia aceleró su uso y recurrieron a este recurso como no lo habían hecho antes; además de adquirir nuevo equipo tecnológico de alta calidad (como cámaras y micrófonos) para poder adaptar las sesiones de enseñanza e incluso impartir sesiones con los médicos en la sala con el paciente, transmitiendo en video simultáneamente, mientras los estudiantes permanecen fuera de la sala y no arriesgan su salud, en caso de pacientes con COVID. Otro aspecto en el que hizo énfasis fue la democratización de las jerarquías: “No es solo la relación entre cirugía-medicina y anestesia. Antes trabajábamos como si estuviéramos separados. Uso el término ‘democtarizar’ porque todos somos iguales: se ha creado una nueva dinámica entre quienes atienden al paciente y, por ejemplo, la persona que limpia el cuarto. COVID nos enseñó que todos corremos el mismo riesgo y todos aportamos algo valioso. Hubo pérdida de jerarquías y esto mejora la dinámica de aprendizaje”.

El doctor Luis Jiménez aclaró que en su área el inicio de la pandemia representó un trauma para todos y no tenían capacidad para solventarlo. Al inicio, cuando en marzo se declaró el confinammiento en España (y la Unión Europea, en general, se fue a confinamiento), los inundaron con normativas e instrumentos que representaron un marasmo de información. Aunque, por fortuna, contaban con estructuras docentes y de transmisiones que les permitieron seguir con la docencia en línea. Decidieron, por ejemplo, explorar la opción de que si un estudiante de medicina cuenta con más de 50% completado, para reconocer esa formación académica y clínica, podían hacerlo mediante simulación clínica y otras formas para completar los créditos. Luego describió cómo, hicieron la prueba ECOE más asequible para que se pudiera realizar por todas las plataformas que cada facultad tenía en las universidades: “Afortunadamente contamos con plataformas virtuales que de manera cotidiana usan los alumnos; había que comprobar que los estudiantes podían acreditar la formación.[…] Se hizo una Conferencia Nacional de Decanos de Medicina para una prueba ECOE común. Al final acordamos usar una plataforma y aplicar criterios para ver si en todas las facultades participantes podían acreditarse los estudiantes por vía virtual”.

El mapa de competencias fue un modelo que se reprodujo en la plataforma de manera virtual y la respuesta fue acorde con lo que esperaban. Y enfatizó que, después de solventar ese problema, también concluyeron que esa definitivamente no es la mejor forma de evaluar y acreditar a los estudiantes.

 

La doctora Limón inició su intervención enfatizando la inmensa cantidad de estudiantes que  la SECISS (Secretaría de Enseñanza Clínica, Internado Médico y Servicio Social) , que coordina los cuatro últimos años de la carrera de médico cirujano, contabiliza más de 5 600 alumnos, del tercer año al servicio social, incluyendo el internado médico. Esta es una cantidad altísima de alumnos y manejar a tanta gente se convierte en una tarea titánica. A finales de marzo y principios de abril, hubo un importante retiro de estudiantes de sus sedes, por la pandemia de COVID-19; se retiraron de sus sedes 3 180 alumnos de tercero y cuarto año y 1 055 alumnos de internado médico. Permanecieron en sus sedes únicamente 918 médicos pasantes.

También hubo que reinventarse. Entre los programas de apoyo para estudiantes, para la capacitación de médicos internos de pregrado y médicos pasantes en Servicio Social sobre COVID-19, se puso en marcha una nueva plataforma en la que los estudiantes pueden encontrar diferentes materiales y medios útiles para capacitarlos sobre COVID-19, supervisar y asesorar las particularidades que emergen durante su labor asistencial. En la pataforma también encuentran, entre otras, información emitida por las instituciones de salud, la OMS y Facultad de Medicina para los médicos internos, además de actualizaciones periódicas sobre COVID-19. Cuentan con herramientas para monitoreo de su estado de salud y con asesorías para minimizar las condiciones de riesgo.

La doctora también habló del servicio de Call center atendido por pasantes, en el que se da atención a toda la gente (no solo a la comunidad universitaria) y en el que reciben llamadas de toda la República Mexicana; para esto, se capacitó a 63 pasantes con cursos, asistencia psicológica y pláticas de orientación y apoyo. Se cuenta también con apoyo de psiquiatría y salud mental, para solventar los problemas emocionales adyacentes a la crisis.

En general, quedó de manifiesto que cada región y cada país tienen diferentes recursos y han llevado a cabo una adaptación de acuerdo con esos recursos, siempre poniendo como prioridad la seguridad de los estudiantes y con el propósito de seguir con su educación, incluso si es necesario hacer cambios y adaptaciones en los sistemas de enseñanza y aprendizaje.

La serie de webinars seguirá llevándose a cabo hasta el mes de octubre. La siguiente sesión será el martes 29 de spetiembre, con el tema “El modelo híbrido: Una alternativa para la educación y evaluación”.

Impacto Psicológico de la Pandemia en la Comunidad Universitaria

Impacto Psicológico de la Pandemia en la Comunidad Universitaria

Este martes 8 de septiembre de 2020, se llevó a cabo la tercera sesión de la serie de webinars

Retos de la educación médica en tiempos de COVID-19: “Impacto Psicológico de la Pandemia en la Comunidad Universitaria”.

Los participantes eran: la doctora Marcia Hiriart Urdanivia (moderadora), jefa de la División de Investigación de la Facultad de Medicina de la UNAM. El doctor Marco Solmi, investigador principal COH-FIT. El profesor Samuele Cortese, profesor de Psiquiatría de la Niñez y la Adolescencia, encargado de COH-FIT (Reino Unido). El doctor Bernardo Ng, investigador COH-FIT (México). El doctor Andrés Estrade Vaz, investigador COH-FIT (Uruguay y Reino Unido). Y la doctora Ma. Elena Medina Mora, jefa del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM. (El doctor Marco Solmi no pudo asistir, debido a otro compromiso que tenía a la misma hora.)

El doctor Roberto Escalante (secretario general de UDUAL) declaró, durante las palabras de bienvenida, que el tema de la salud mental se ha mencionado, pero es necesario mencionarlo más. Las preocupaciones han estado enfocadas en el número de contagios y otros temas (como vacunas, el empleo o falta de ingreso, etcétera), todos muy relevantes, pero los impactos psicológicos que está teniendo la pandemia en la población universitaria y metauniversitaria son de la mayor importancia.

 

El primer ponente fue el profesor Samuele Cortese, quien habló de los desafíos que enfrentan los estudiantes y el personal universitario, debido a la pandemia de COVID-19. Situaciones como el cambio de modalidad presencial a clases virtuales; algunos efectos han sido positivos, pero es necesario tomar en cuenta que muchos estudiantes no tienen acceso a las actividades en línea; o también factores como que no todas las activities son aptas para transmitirse de modo virtual. Este es un fenómeno reciente y, por lo tanto, hay menos publicaciones arbitradas al respecto; los temas más comunes que surgen en los estudios se enfocan en: la prevalencia de ansiedad y depresión, además de otros aspectos de la salud mental y la calidad de vida (que no siempre se incluyen en estos estudios) u otros desórdenes mentales; y del manejo o tratamiento de los problemas, que pueden abarcar desde el ejercicio físico hasta apoyo de sus pares. Es cierto que estos estudios se han enfocado en los estudiantes, pero es necesario incluir al personal médico. También, respecto a los factores de las condiciones mentales, se han enfocado más en los riesgos, pero pocos se han enfocado en los factores de protección.

Se necesitan estudios de distintos países alrededor del mundo, para entender los diferentes impactos y cómo cada país está lidiando con la pandemia. Y por esa razón es que se pone el foco en la inicativa Collaborative Outcomes Study on Health and Functioning During Infection Times, COH-FIT por sus siglas en inglés (es intencional que haya una semejanza fonética con COVID). Esta es una encuesta anónima, en línea, que puede ayudar a entender el estado de salud física y mental de la gente alrededor de todos los países. El proyecto COH-FIT dio inicio en abril de 2020 y solo participaban dos países, Estados Unidos e Italia. La encuesta es ahora una colaboración global que incluye seis continentes, se encuentra en 29 lenguajes, en más de cien países, participan más de 50 instituciones y más de doscientos colaboradores.

Como resultado de la encuesta, se examinan, entre varios otros, los factores que son modificables contra los que no se pueden modificar. Este estudio no es solo para obtener prestigio académico, la intención es que se pueda intervenir y mejorar las condiciones de la gente, es un estudio que quiere ser útil para quienes toman decisiones para la sociedad.

 

El doctor Andrés Estrade habló de las cifras que presentan los países de Latinoamérica que ya están participando activamente en el proyecto COH-FIT y las medidas que cada uno ha aplicado; por ejemplo, Brasil tiene el segundo lugar en número de casos y de fallecimientos, mientras que Colombia está en sexto lugar de número de casos; y mencionó que esto tiene relación con hechos como la aplicación de medidas laxas en países como Brasil; en contraste, Argentina ha aplicado medidas más estrictas. Aclaró también que es importante tomar en cuenta las diferencias internas entre cada país, pues todos son heterogéneos. Uruguay, por ejemplo, nunca tuvo cuarentena obligatoria. Dijo que es muy importante tener resultados de distintos países, pues en cada uno tiene diferentes condiciones. Invitó también a que más países se sumen al proyecto de COH-FIT, pues eso mejorará el muestreo y los resultados.

 

El doctor Bernardo Ng, por su parte, inició hablando de los fenómenos que se han observado en México, un país que está entre los primeros lugares de fallecimientos y de contagios en todo el mundo; y el alto número de muertes de personal sanitario, además de fenómenos como respuesta al miedo o la incertidumbre. Según el doctor Ng, en Vancouver se habla ya del Síndrome de Estrés por COVID, que incluye, entre otros: miedo a infectarse, síntomas traumáticos como pensamientos intrusivos o pesadillas y xenofobia. Y está también la fatiga por uso de Zoom, plataforma virtual que cuenta ya con más 300 millones de usuarios al día.

Por lo anterior, el doctor enfatizó que la incipiente participación de México en el proyecto COH-FIT es muy importante, y resaltó que colaborar en esa encuesta es fundamental, pues de ahí se obtendrán los datos para orientar medidas preventivas y sobre todo reinserción en la sociedad.

 

La última ponencia corrió a cargo de la doctora Ma. Elena Medina, quien habló de la salud mental de los jóvenes en México, en general, y de los jóvenes universitarios. Según las cifras relativas a la salud mental ha aumentado el abuso de sustancias y la población más afectada se encuentra entre los 15 y los 30 años; hay factores como que los jóvenes (varones) pierden esperanza de vida por asesinato; también han crecido las tasas de suicidio. En relación con psicopatologías en estudiantes universitarios (la UNAM no participa en este estudio), hay gran malestar entre los jóvenes; la diferencia entre hombres y mujeres es que en las mujeres se presenta más depresión, mientras que los hombres presentan más problemas de conducta.

Al indagar sobre el tratamiento, la mayoría declara que prefiere la interacción cara a cara antes que un tratamiento mediante herramientas tecnológicas (como consultas a distancia).

Y en cuanto a la atención a la comunidad universitaria de COVID-19, antes de la pandemia se recibieron 5129 visitas a la página electrónica de ayuda. Y durante la pandemia han ingresado 16 244 (más del triple), contestaron el tamizaje y fueron canalizados de acuerdo con el nivel de riesgo que presentaban.

En el flujograma de atención a la salud mental del personal de salud COVID-19 hay cinco clínicas virtuales para grupos de problemáticas con mayor probabilidad a lo largo de la continua de emergencia. La primera (C1) es de crisis emocionales, riesgo suicida y casos graves; y la quinta (C5) es de duelo y final de la vida. Entre una y otra se encuentran temas como el consumo de sustancias (C2), ansiedad (C3) o estrés postraumático (C4). La doctora habló también del Programa de Intervención en línea para la comunidad universitaria que proporcionó atención a través de una plataforma de telemedicina desarrollada con el apoyo del Departamento de Informática Biomédica de la Facultad. Entre los resultados que se detectaron, se encuentran los principales problemas de los estudiantes, que incluyen: depresión 91%, ansiedad 93% o problemas de sueño 94%, entre varios otros.

Como conclusión, la doctora enunció que la edad joven es una etapa de riesgo, no solo en México, sino en el mundo; esta etapa coincide, por ejemplo, con la época universitaria. Es importante conocer las necesidades de los jóvenes y es un hecho que la pandemia tuvo un impacto importante en la salud mental de la población, por lo que los jóvenes universitarios no están exentos; el personal de salud se encuentra en mayor riesgo, por las condiciones en que trabaja.

Al final de la sesión, se volvió a enfatizar la invitación a que la población en general se sume a la iniciativa de COH-FIT, para poder recabar datos fidedignos de la población e incorporarlos a los resultados internacionales. La encuesta se halla en español, si es demasiado larga (alrededor de media hora, en promedio, para una persona adulta) se puede pausar y volver a ella posteriormente, y es anónima. Se puede ingresar en esta dirección: https://www.coh-fit.com/?lang=es

Decisiones institucionales frente a la pandemia

Decisiones institucionales frente a la pandemia

Este martes 1 de septiembre de 2020, se llevó a cabo la segunda sesión de la serie de webinars

Retos de la educación médica en tiempos de COVID-19: “Decisiones Institucionales frente a la Pandemia”.

Los participantes fueron: la doctora Maria del Coro Arizmendi (moderadora), directora de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM. El doctor Germán Fajardo Dolci, presidente de ALAFEM y director de la Facultad de Medicina de la UNAM. La doctora Asa Oxner, vicepresidenta profesora asociada en Medicina Interna de la Universidad Florida del Sur, (Estados Unidos). Y el doctor Ocean Williams, director de Sea Mar Global Health Connect, médico especialista en Medicina Familiar del Centro de Salud Comunitario Sea Mar en Seattle, profesor del área clínica del Departamento de Medicinia Familiar de la Universidad de Washington, Seattle (Estados Unidos).

Los tres ponentes hablaron sobre cómo cada institución a la que pertenecen está enfrentando la pandemia desde el punto de vista educativo. Los tres coincidieron en que lo más importante era mantener a los estudiantes a salvo y protegidos de posibles exposiciones a contagios. Por esa razón, en los tres casos se aclaró que los estudiantes no tenían contacto directo con pacientes que fueran sospechosos de COVID-19 y, mucho menos, pacientes confirmados. Cada institución está implementando protocolos distintos para que los estudiantes puedan continuar con su formación, aún sin horas clínicas, en especial gracias a las herramientas tecnológicas con que se cuenta hoy en día.

 

La doctora Asa Oxner habló de la telemedicina y los servicios de consejería. Alumnos y residentes pudieron participar en dinámicas a distancia a las que, de otro modo, tal vez no hubieran tenido acceso. Uno de los ejemplos que puso es que hay pacientes sospechosos o confirmados de COVID-19 que, aun desde casa, pueden tener monitorieo gracias a un dispositivo muy parecido a un reloj de pulsera (muy semejante a un applewatch), que permanentemente comunica los niveles de oxígeno, frecuencia cardiaca o temperatura; los estudiantes pueden monitorear esos signos a distancia, sin tener contacto con el paciente y, por lo tanto, sin ponerse en riesgo. El monitoreo de signos vitales en casa es de veinticuatro horas, los siete días de la semana; si hay anormalidades en los signos vitales, por ejemplo, que los niveles de oxigenación no se restablezcan, los médicos llaman al paciente y si después de aplicar el protocolo no hay mejoría, se lleva al paciente al hospital. La doctora Oxner también explicó las medidas que se están tomando, no solo para proteger a los estudiantes, sino para continuar con su educación; los alumos, por ejemplo, pueden hacer videovisitas a los pacientes, por las tardes, así se aseguran de que los pacientes en cuarentena se encuentren estables. Según la doctora, en su rotación usual, alumnos no hubieran podido tener acceso a estas dinámicas.

Ya en la sesión de preguntas y respuestas se abundó sobre el hecho de que los estudiantes no están en contacto con pacientes graves de COVID y, mientras las condiciones sanitarias no estén garantizadas, no podrán regresar a las prácticas en hospitales como se venían dando hasta inicios de este año. En el caso del doctor Ocean Williams, en Sea Mar, detalló que la experiencia de los alumnos con la telemedicina ha sido muy buena: “He notado que les gusta mucho, porque pueden centrarse en la historia clínica; pueden poner al paciente en espera si lo necesitan y llamar al académico para una conferencia; pueden hacer una observación directa entre académico y estudiante, ambos por teléfono, pero sin la distracción de que el académico esté en la visita en persona, los estudiantes así se sienten más independientes, pero con adecuada supervisión, y quizá por eso les gusta”.

Ante las interrogantes que le hicieron al doctor Fajardo, éste detalló que la Fundación Slim  y el CIE financian el hospital que se instaló en el Centro Citibanamex: “De la bata blanca, como se dice, el hospital es atendido por médicos de la secretaría de salud de la CDMX.  Y un número importante de médicos contratados para este fin son egresados de la UNAM”. Ante la pregunta de quién proporciona el equipo de protección al personal médico, dijo que son las propias instituciones de salud y de seguridad social, pues son quienes tienen que proveer equipo a los internos y a los residentes, desde luego.

La serie de webinars seguirá llevándose a cabo hasta el mes de octubre. La siguiente sesión será el martes 8 de spetiembre, con el tema “Impacto psicológico de la pandemia en la comunidad universitaria”.

El doctor Ocean Williams recordó que el primer paciente de Estados Unidos que se confirmó como paciente de COVID-19 fue cerca de Seattle, hace unos siete meses. En Sea Mar, las rotaciones clínicas de pregrado estuvieron canceladas de marzo a junio. Y  los estudiantes no atendían pacientes de COVID. En este momento, de hecho, si llegan a tener contacto con estos pacientes es solo con quienes no están graves y es a discreción del médico. Una de las estrategias educativas que se propusieron fue preguntarle a los alumnos si querían cambiar a una evaluación de solo aprobado o reprobado, los estudiantes dijeron que con ese método no podían mostrar todas sus habilidades, y prefirieron no cambiar a un sistema binario, pues les preocupaba ser menos competitivos que otros estudiantes en el momento de aplicar para una residencia, también los desalentaba la idea de hacer muchos exámenes. Evidentemente, se siguen todos los protocolos para cambiar las dinámicas de las rotaciones: lavado de manos, uso de mascarillas, uso cubrebocas; se toma la temperatura constantemente y se mantiene la distancia física; las reuniones son por teléfono, no comen juntos ni se reúnen en grupo bajo ninguna circunstancia e incluso descansan en sus propios autos o hacen caminatas, pero ir en grupo.

Para brindar atención médica, se recurre a la telemedicina. Se hacen las citas vía telefónica o por video, a menos que se identifique como necesario acudir en persona para un estudio, una ecografía obstétrica, la aplicación de vacunas, etcétera. Si hay pacientes sospechosos de COVID-19, se les aplica la prueba para ver si tienen el virus, se les pone en cuarentena con objetivo de aislar a pacientes sospechosos y casos positivos. También se le agenda una cita a los pacientes y se realiza la prueba de COVID desde su propio coche. Los estudiantes pueden atender a una sesión por video. Al final se platica por teléfno sobre los casos más interesantes, para que todos puedan aprender.

 

La última intervención fue del doctor Germán Fajardo, quien habló de algunas de las decisiones institucionales de la UNAM frente a la pandemia. Mencionó que del programa “Dona un kit”, ya se han entregado más de 600 000 kits a los residentes, es un programa vigente y se invita a toda la comunidad universitaria a unirse, no solo por lo que significa hacer esa donación, sino porque es una manera de reconocer la labor de los residentes. Además, la UNAM está llevando a cabo varias iniciativas, en conjunto con instituciones privadas como el Hospital ABC, el Tec de Monterrey, la Fundación BBVA o la Fundación Slim. Una de las actividades, por ejemplo es que en conjunto con el Tec Monterrey y con la fundación BBVA, se implementaron cursos sobre cosas prácticas, como cómo entubar un paciente con COVID, pues no solo se trata de ver el video de manera asincrónica (cuando el alumno lo solicite), sino que estos cursos se han esforzado por hacer la simulación, para ayudar a los estudiantes en su aprendizaje, aunque no estén directamente en contacto con el paciente.

 

El doctor Fajardo hizo énfasis en el hecho de que este es un momento histórico sin precedentes y la prioridad es la seguridad de los estudiantes, por supuesto a la par que la de los pacientes. En cuanto a la enseñanza clínica, se está abordando con casos de simulación en línea. Dijo también que, dado el tamaño de la comunidad universitaria, es muy difícil poder regresar a la enseñanza en los hospitales sin una vacuna, por la gran cantidad de alumnos.

Finalizó su intervención subrayando que es necesario que nos adaptemos a la situación actual. En este momento no se tienen respuestas únicas, sino parciales y temporales: “Solo juntos funcionarios, docentes y alumnos podremos enfrentar esta situación única que estamos viviendo y enfrentando”.

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